La Gestión de la Cadena de Suministro (SCM) consiste en integrar los recursos de una empresa optimizando cada eslabón de la cadena (como compras, planificación, producción, logística, etc.) para satisfacer conjuntamente las demandas de los clientes. En definitiva, permite a las empresas reducir costes y ofrecer servicios satisfactorios a los clientes finales. Si bien la SCM se considera un servicio de valor añadido en las operaciones comerciales, actualmente solo una minoría de las empresas lo priorizan.

(1) Planificación: La planificación es la etapa inicial donde se deben considerar todos los recursos con antelación para satisfacer las demandas de los clientes y tratar de obtener los resultados esperados.

(2) Abastecimiento: Es crucial seleccionar buenos proveedores y gestionar sus relaciones en esta etapa. Además, es necesario establecer procesos para estandarizar las compras, la gestión de inventarios y los pagos.

(3) Fabricación: Organizar actividades como la inspección de materias primas, la fabricación de productos, las pruebas de calidad, el transporte, el embalaje y la planificación de las entregas.

(4) Entrega y Logística: Enviar productos a los clientes, junto con la atención al cliente y la recepción del pago.

(5) Devolución: Establecer una red para apoyar el reciclaje de productos, incluyendo los defectuosos y excedentes. Esta etapa también involucra la gestión de inventario y transporte.